Cuando se tiene acceso a la posibilidad de hacer un mapa con los ciclones tropicales que han afectado a lo largo de 60 años el Pacífico y 158 años el Caribe Centroamericano entonces se dibuja un mapa como el siguiente (ver figura), pero ante todo se llega a la conclusión de que los eventos climáticos extremos en Centroamérica no son una excepción, sino que son bastantes recurrentes, lo suficiente para convertirse en una situación normal para el istmo por lo que su impacto tiene importantes consecuencias sobre las condiciones sociales, económicas y ambientales de los habitantes de la región.
Pero un aspecto importante a considerar en el futuro lo constituyen los huracanes y fenómenos meteorológicos extremos que se predice serán más frecuentes e intensos conforme el ritmo del cambio climático se acelera. La evidencia muestra (Ver figura) que hay un creciente incremento en la proporción de los huracanes más destructivos, aunque la incidencia no ha aumentado. Huracanes más fuertes se traducirán en más daños e inundaciones en la costa Centroamericana. (Wilkinson, C., Souter, D. 2008)
Esta figura muestra que la proporción de huracanes intensos ha ido en aumento desde 1970, mientras que el número total de huracanes no ha cambiado mucho. Los huracanes trazados en el gráficos son todos lo ocurridos globalmente combinados en períodos de 5 años desde 1970 hasta el 2004 y con las tendencias proyectadas hasta el 2019. Las tormentas Categoría 1 son relativamente débiles, mientras que las tormentas de categoría 5 son particularmente devastadores (adaptado de Webster 2005). Las líneas discontinuas muestran tendencias lineales. (Tomado y traducido de Wilkinson, C., and Souter, D. 2008).